sábado, 6 de noviembre de 2010

él
Los trozos de hielo le quemaban en las manos. Su corazón había dejado de latir hacía tan sólo unos minutos. ¿Qué quería? ¿Qué necesitaba? ya no lo sabía...ya no sabía nada. 
Quería correr, salir de allí, olvidarlo todo. Pero eso no sería posible. Eso no pasaría nunca. Su corazón se había quedado helado, helado como el hielo que ahora sostenía en sus manos. Ya no había un porqué. Ya no tenía nada por lo que seguir luchando. 
El miedo le corroía la piel. Había sido un cobarde. Siempre lo era. Se avergonzaba de ello. No lo suficiente, al parecer no tanto como para no repetir sus actos. Las lágrimas resbalaban por sus mejillas cuando intentaba no pensar para conseguir mover sus pies y marcharse de aquel odioso lugar. Pero intentar no pensar es recordar con más fuerza, es ver ante tus ojos momentos que ya nunca volverán y él sabía que la palabra nunca ahora era más real de lo que había sido jamás. Ya no era una probabilidad, ahora era algo totalmente tangible, ahora era su realidad. 

ella
Andaba con pasos torpes sobre la nieve notando la mirada de él en la nuca. La brisa helada le golpeaba con fuerza en la cara, el frio le atenazaba por completo. Ya esta. Ya esta. Se acabó. Su mente no podía repetir otras palabras. El dolor era demasiado grande para ser verdad, ella creía que no le amaba tanto. Se equivocaba. Como siempre. 
Le necesitaba, necesitaba cada momento, cada minuto, cada caricia, cada beso...pero se había ido. Se había ido lejos de ella, a pesar de sólo estar separados por unos pasos. Ya no podía intentar rescatarlo más, el miedo había sido más fuerte, más listo. Y él demasiado cobarde. Y ella estaba demasiado harta. 
No, ya no podía más, sus palabras habían quebrado el hilo, lo habían dejado deshilachándose, era imposible de volver a hilar. Ya no quería repetir sus palabras más, no quería volver a luchar por la esperanza, por el cariño, por los besos, por el amor. Ante él era inútil. Sabía qué quería, sabía qué necesitaba. 
Quería salir corriendo lejos de allí, no mirar atrás a pesar de que su corazón viviera, a partir de aquél momento, lleno de cicatrices. 
Necesitaba un abrazo. Quizá dos. Puede que más. Necesitaba besos, necesitaba sonrisas a centímetros de distancia, necesitaba caricias, necesitaba palabras en voz baja, necesitaba patadas a mitad de la noche y mordiscos por la mañana, necesitaba no tener que pensar, necesitaba limitarse a respirar y mirar a su lado y sonreír.
Necesitaba el aire. Necesitaba la paz.  


ellos
él miró el hielo de sus manos. 
ella miró con curiosidad a sus pies. 
él lanzó la nieve, desesperado, intentando llamar la atención de ella. 
ella corría, ya estaba lejos.  


http://www.youtube.com/watch?v=Mw2cy_7rWF0

1 comentario:

  1. Bonita, directa, y sincera... tanta verdad en muchas de las palabras... ojala el miedo no lo estropeara todo...

    Hate U lil'bitchie

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